Aceite Esencial de Lavanda.

Conoce más acerca de esta planta milenaria y utilízala en tu rutina diaria. 

¿Qué es la Lavanda?

El aceite esencial de lavanda (Lavandula officinalis) es el más versátil de todos los aceites naturales por sus múltiples beneficios. Es originario de la región del Mediterráneo con Francia como el principal productor, además de España y otros países como Bulgaria, Japón y la India.

Se obtiene por destilación y su aroma es dulce y floral con una nota balsámica amaderada.

Antiguamente se han comprobado sus beneficios, el caso más conocido fue con el químico Francés René Maurice sus resultados fueron a causa de un accidente, ya que mientras trabajaba en una perfumería sufrió de una grave quemadura por lo que sumergió rápidamente su mano en aceite de lavanda y el resultado fue que sanó rápidamente y no quedaron cicatrices.

Beneficios.

·       Calma y relaja.

·       Disminuye estrés y ansiedad.

·       Es cicatrizante

·       Descongestiona

·       Ayuda a regula el exceso de grasa, la caspa y dermatitis.

Formas de uso.

Se puede usar en jabones, inciensos, brisas aromáticas, velas, como acondicionador, en inhalación y vaporización.

Algunas recetas

Para dormir profundamente. Coloca una gota de aceite esencial en muñecas, sienes, orejas, punto del pecho.

Ansiedad, tristeza o nerviosismo. Vierte 4 gotas de lavanda en un pañuelo e inhala profundamente.

Picaduras de Insectos. Aplicar una gota de lavanda directamente sobre la piel para calmar la comezón.

Relajante Muscular. Aplique 25 gotas a 200 ml de aceite de almendras y frote enérgicamente sobre la piel.

Hogar. Agregar unas gotas de aceite esencial al detergente para aromatizar la ropa. Para la limpieza, combina una taza de agua tibia, una taza de vinagre blanco y de 15 a 20 gotas de aceite esencial de lavanda. Colócalo en un recipiente de vidrio con rociador y realiza tu propio limpiador multiusos.

Combinaciones

Combina muy bien con la mayoría de los aceites, especialmente los cítricos y los florales; también con el cedro, clavo, pino, salvia romana, geranio, vetiver y pachullí.

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